Retomando a Piñuel, el mobbing surge cuando existen celos
profesionales y/o envidia. En un inicio la persona acosada generalmente tiene
una buena carrera y presencia en su trabajo, por lo que despiertan coraje,
envidia e incluso miedo en el acosador, quien siente que estará a la sombra de
la persona o incluso puede perder su trabajo o quedar al descubierto sus fallas
cuando lo lleguen a comparar.
Existen otras explicaciones que se enfocan en el acosador,
asociándolo con una personalidad de tipo patológica, narcisista, envidioso y
con tendencia a la tortura y al maltrato, que al unirse al sentimiento de
pérdida del trabajo, tanto el propio como el de los demás, siente que lo que
haga es un acto de “justicia” para todos, por eso también busca el apoyo de
otros.
Entre las causas más comunes están haber resistido ante la
manipulación de un jefe o compañero, quien para desquitarse busca humillar a la
persona y hacerle la vida imposible, y los compañeros que asumieron la
manipulación, se unen al sentir que dicha persona presumió de ser
independiente; también es causa el haberse negado a participar en actividades
ilegales, delictivas en contra de la empresa o de algún compañero; el miedo del
acosador por perder su trabajo; envidia de la persona, ya sea de tipo laboral,
personal, familiar, social, económica, etc.; asimismo, hay otros factores como
mala organización laboral, falta de mando o exceso de autoridad en el mando,
demasiada competitividad laboral, etc.
Los causantes de conductas de mobbing o acoso
psicológico han sido considerados como intimidadores en serie, mediocres
inoperantes activos, perversos narcisistas, acosador psicopático y acosador
paranoide. Para las víctimas, las consecuencias de ser provocadas por los
acosadores pueden ser devastadoras no solo desde un punto de vista físico sino
también desde el psicológico dando origen a cuadros de estrés, trastornos de
ansiedad, trastornos del sueño, depresión e incluso intentos de suicidio.
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